No tienes internet, ni electricidad, ni linternas. Lo más parecido a un móvil son las piedras que tienes alrededor. No sabes lo que es una cremallera, una botella ni lo que son los cascos para escuchar música. No sabes lo que es una rueda. Una acampada un tanto extraña, ¿verdad? Hoy no se oirán en el bosque vuestros cantos sobre la melodía de guitarras ni contaréis historias de miedo porque, ya vuestra propia subsistencia, vuestra vida cotidiana, es un acto de supervivencia al límite.
Fuente: http://mery-garabote.blogspot.com/2009_08_01_archive.html
Nos hemos trasladado a hace 10.000 años.
Hoy habéis podido cenar bien. Llevábais varios días a base de raices, almendras y alguna que otra baya. Se nota porque vuestra tribu está relajada junto al fuego y sobre todo que los encargados de cazar están con vosotros, no deambulando por las proximidades en busca de caza. Os acercáis a la hoguera más que otras veces porque hace más fresquito que otros días. Además habéis notado que el fuego que se pasea por el cielo todos los días, el sol, cada vez está durando menos tiempo y camina más bajo. Notáis en la cara el calor que desprende la hoguera y véis como vuestra familia sonríe y se cuentan historias de antepasados. Esperáis con ansia a que vuestro abuelo hable. Él sabe mucho y siempre os calláis para escucharle. Te has acostumbrado a que cuando empieza a llegar el frío siempre cuenta algo sobre una hoguera que se enciende en el cielo y estás deseando volverla a escuchar. La esperas con ansiedad porque en tu cerebro se ha encendido una luz, has tenido una idea y quieres comentársela a la tribu, pero necesitas esa historia, necesitas asentar ese conocimiento que tu abuelo te va a transmitir.
Tu abuelo comienza a hablar.
<< Cuando era joven, mis antepasados no enseñaron que en el cielo hay otros pueblos como el nuestro. De día no se les podía ver, pero cuando la noche caía y el gran fuego diurno desaparecía detrás de las montañas, ellos encendían hogueras como la nuestra. Esos puntos brillantes que vemos arriba son las hogueras de otras tribus. Son seres formidables que permanecen sin caer a nuestros pies. Una de las hogueras más grande es la que empezamos a ver ahora, cuando empieza el frío... >>
Tu abuelo está transmitiendo el conocimiento de generaciones y generaciones observando el cielo. Sin querer está enseñando una correspondencia de lo que ocurre arriba con lo que ocurre abajo: Aparece una hoguera, aparece el frío.
Hace tiempo que piensas que la vida que lleváis de nómadas es una vida más complicada que la que llevaríais si tuvierais un asentamiento estable. Saber con antelación que va a llegar el frío os daría margen para prepararos. Además un poblado estable permitiría tener animales, que estáis empezando a domesticar, y podríais cultivar ciertas especies vegetales para vuestro consumo. Pero tienes que controlar cuando vienen las estaciones de lluvia, la cálida, la fría, para poder realizar mejor los trabajos.
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Esto pudo haber ocurrido perfectamente así hace unos 10000 años, pero volvamos al presente.
Hace unos 10000 años la especie humana dejó de ser eminentemente nómada para ser sedentaria. El ser humano encontró correspondencia de lo que ocurría en el cielo con lo de la tierra. Por ejemplo, la estrella Sirio, en nuestras latitudes de España, comienza a verse por el horizonte más o menos cuando el frío hace su acto de presencia. En el relato inventado hago referencia a ella, es una de esas hogueras que se encendían en el cielo.
Poco a poco el ser humano comenzó a controlar todos los movimientos cíclicos del cielo. Evidentemente el día y la noche consecuencia de la rotación terrestre, es un movimiento tremendamente habitual. El movimiento de traslación de la tierra alrededor del sol no es tan fácil de ver si estás sentado viendo pasar al sol o a las estrellas, ya que el movimiento que parece que ocurre es de los astros y no de la tierra que parece parada. De cualquier modo, la consecuencia es que los diferentes grupos de estrellas se mueven poco a poco hasta completar un año, es decir, las constelaciones que están cerca del ecuador celeste se repiten de año en año. Las próximas al norte, a la estrella polar, se ven siempre.
Desde que los primeros seres humanos comenzaron a controlar el cosmos, bueno, su movimiento aparente, hasta nuestros días, la astronomía ha experimentado un cambio brutal, aunque la realidad es que ha sido en los últimos 100 años cuando ese cambio se ha visto con más rapidez, independientemente que hace 400 años Galileo dio un fenomenal cambio a la astronomía.
Ahora tenemos en el cielo, dando vueltas a la tierra a cientos de ingenios que son nuestros ojos en el cosmos. Tenemos una grandes posibilidades de conocer mejor dónde estamos y cómo funcionan las cosas alrededor nuestro. Recuerdo que dijo Carl Sagan: "Somos el medio para que el Cosmos se conozca a sí mismo". Hace poco, 10000 años, mirábamos desde aquí abajo, con miedo, al Cosmos y hoy hemos subido nuestros ojos al espacio.
Mientras dormimos, mientras soñamos, mientras comemos, mientras estudiamos, mientras trabajamos, mientras amamos, en una órbita que ronda los 600Km de altura y dando una vuelta a la Tierra en unos 97 minutos, la ingeniería humana ha colocado, en lo que me parece uno de sus mayores hitos, ha situado un ingenio al que se le puede llamar "El ojo que todo lo ve". Fuera de las turbulencias que produce nuestra atmósfera en las imágenes que llegan del espacio exterior, en unas condiciones envidiadas por cualquier astrónomo profesional o aficionado, el telescopio orbial Hubble, HTS en Inglés, trabaja sin descando. Tiene un espejo de cerca de 2 metros de diámetro y su distancia focal es de algo más de 57 metros. No es tan largo porque mide unos 13 metros realmente, pero la manera en la que tiene diseñada la óptica funciona como si tuviera esos 57 metros de longitud.
Fue lanzado el 24 de abril del 1990. En un principio hubo un fallo por el cual su óptica mostraba imágenes desenfocadas. Una misión con un transbordador espacial permitió corregir este defecto.
Se prevé que en el año que viene deje de funcionar. Ya hay "otros ojos" más potentes que él trabajando para la ciencia, pero al Hubble le debemos muchísimo. Deja un legado para la humanidad que no es valorado como se merece. Sólo hay que dejarse llevar por sus imágenes. Sobran ya las palabras y basta sólo un recuerdo para aquellos humanos que se reunían en torno a una hoguera para mirar el cielo. Con ellos comenzó el sueño del Hubble:
Nebulosa del Águila. Aquí, entre las nubes y como si fueran una cuna, están naciendo estrellas.
Galaxia irregular Antennae
Galaxia del Sombrero
Nebulosa planetaria Ojo de gato
MI FAVORITA
Nebulosa planetaria del Anillo
No te olvides visitar la galería de fotos del Hubble:
http://hubblesite.org/gallery/album/
http://www.spacetelescope.org/